Como la mayoría de padres puede constatar, hay niños con problemas de conducta en casa. Sin embargo, no todos los comportamientos negativos de los niños pueden ser considerados ni problemáticos ni mucho menos patológicos.

Además, incluso los que son realmente problemáticos, tienen diferentes niveles de gravedad.

En este artículo te voy a explicar qué son realmente niños con problemas de conducta en casa y qué pueden hacer los padres y madres para manejar el comportamiento de sus hijos, de los 2 a los 12 años

¿Hay niños con problemas de conducta en casa?

Existen comportamientos en la infancia que forman parte del comportamiento habitual y que no tiene un carácter problemático.

En los primeros años es habitual que los niños sean curiosos, que quieran hacer las cosas a su manera, que no reconozcan peligros, que sean egocéntricos y que protesten y se sientan frustrados cuando sus padres les piden o impiden algo que va contra su deseo.

Más adelante, también es frecuente que los chicos negocien o discutan ciertas normas y limitaciones.


Sin embargo, otros comportamientos sí deben ser considerados como problemáticos, aunque en muchos casos se les quita, erróneamente importancia y se les considera «cosa de niños».

Algunos comportamientos negativos

Seguro que algunos de estas situaciones que exponen las familias te suenan:

  • “Mi hijo no atiende a mis llamadas de atención”.
  • “El mío no sabe perder”.
  • «Hasta que no le amenazo o grito, no me hace caso».
  • “Mi hija discute todas mis decisiones”.
  • «Mi niño nos hace rabietas precisamente cuando más gente hay».
  • “El nuestro nos engaña”.
  • “Nosotros hemos dejado de salir a cenar con nuestros dos hijos, porque su comportamiento nos lo impide”.
  • “Nuestra hija ya tiene 11 años, es desafiante y le estamos empezado a tener miedo”.

¿Deben considerarse un problema? ¿Un niño o una niña que actúa así tiene un problema de conducta?

¿Cuándo hablamos de niños con problemas de conducta en casa?

Para que un niño o niña con comportamientos como los anteriores, y otros similares, lleguen a ser considerados niños con problemas de conducta en casa deben de cumplirse dos condiciones:

  • Que sean un patrón de comportamiento habitual, es decir, que ocurran con tal frecuencia que sean la manera más frecuente de actuar y responder del niño en determinadas situaciones.
  • Que ese comportamiento tenga un efecto negativo en el niño (malestar, dificultades de relación con los miembros de la familia) o un efecto negativo en la propia familia: provoque enfados, cambios de costumbre, conflictos…

Por ejemplo, reaccionar negativamente  cuando pierde en un juego, como puede ser enfadarse, dejar de jugar, culpar a otros, no querer jugar más, hacer trampas… es un problema de conducta si con frecuencia el niño o la niña reacciona así al perder.

hacer rabietas en el supermercado es un problema de conducta, si es un comportamiento frecuente que provoca que los padres discutan por este tema, o tengan que organizarse para ir a comprar sin el niño.

Los problemas no tienen la misma gravedad

Pero por otro lado, los problemas no tienen la misma gravedad. Podemos hablar de diferentes niveles.

  • Un primer nivel leve, donde las consecuencias suelen ser igualmente leves. Aquí estarían conductas como las siguientes: no hacer caso a sus padres, molestar a los hermanos, no querer recoger los juguetes…
  • Nivel moderado, las consecuencias son más considerables para el niño y para la dinámica familiar. Por ejemplo, los padres dejan de realizar determinadas actividades por los problemas de conducta del niño. Serían conductas como: discusiones con los padres más frecuentes, engañar, rabietas más frecuentes y de más intensidad, logran cambiar las decisiones de sus padres con su comportamiento negativo.
  • Finalmente, el nivel grave de problemas de conducta, es menos frecuente, pero puede tener lugar en las edades de 3 a 12 años. Las conductas de este nivel suelen ser: pérdida de respeto hacia los padres, los padres han perdido la autoridad respecto a sus hijos; se sienten amenazados por sus hijos; los niños tienen fuertes reacciones emocionales y desproporcionadas y pueden llegar a insultar y agredir a los padres.

La actuación de los padres

Una de las variables para prevenir y en su caso intervenir, frente a los niños con problemas de conducta en casa, es la actuación que hagan los padres. Más en concreto, las pautas educativas que utilicen en la educación de su hijo o hija y en la gestión del comportamiento.

Es cierto que hay otras variables que los padres no pueden controlar, como el temperamento del niño, por ejemplo, pero las pautas educativas que lleven a cabo, sí que dependen en exclusiva de los padres.

Esas pautas educativas, han demostrado ser la herramienta fundamental de intervención ante los niños con problemas de conducta en casa.

Algunas pautas educativas

Algunas de las pautas educativas que han demostrado su eficacia como prevención y como intervención en los niños con problemas de conducta en casa son:

  • El acuerdo entre la pareja a la hora de llevar a cabo las pautas.
  • Disponer de unas normas claras y concretas, adaptadas a la edad y madurez del niño.
  • Ser coherente con esas normas.
  • Reforzar convenientemente las conductas adecuadas.
  • Actuar cuando las normas se incumplen.
  • Ser ejemplo positivo para el niño.
  • Establecer rutinas.
  • Dedicar el tiempo suficiente.
  • Educar con afecto.

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